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29 jun 2011

Análisyum II: La Suma de los días

                 Buenas tardes lectores, soy Geo y bienvenido a una nueva sección de “Análisyum” Descripciones de un modo distinto, en el artículo de hoy, me gustaría hablarles de uno de los libros más peculiares que he leído durante mi viaje por Latinoamérica, sin embargo, no se trata de una novela en sí, más bien podría considerarse como una mezcla entre novela y “autobiografía”: La Suma de los Días. Publicada por Isabel Allende en 2007, el libro cuenta la historia de Isabel luego de la trágica muerte de su hija Paula hasta mediados del 2006, en donde vemos como Allende se relaciona con su familia y con las amistades que forja a lo largo de la historia. Elijo esta novela  por su originalidad, pues pese a ser una autobiografía, el modo como Isabel redacta los sucesos le da al lector la sensación de estar leyendo una historia con las característica de la escritora (realismo mágico, eventos erótico, etc.), mientras aprende poco a poco la historia de una de las figuras literarias más importantes de la lengua española. Es curioso que lo ponga, ¿no es así?, pues, para aquellos lectores que pasan frecuentemente por aquí, sabrán que no pongo autobiografías en esta página, bueno esta es una muy considerable excepción, pero no esperen un discurso, porque en estos tipos de textos yo no me suelo expresar tanto ¿ok?, bueno, entonces prosigamos con el análisis.

OJO: Para los lectores, consideren que en este análisis no mencionaré  (ni mucho menos desarrollaré) todas las novelas que aparecen en este relato, pues técnicamente aquí están cada una de las historias que ha escrito Isabel Allende hasta el 2006. Solo desarrollaré los aspectos que determinan el curso de La Suma de los Días. Ciertas excepciones aplican

Aspectos Políticos

“Cuando se publicó mi primera novela, varios miembros de la familia de mi madre se molestaron conmigo, unos porque nuestras ideas políticas están en extremos opuestos y otros porque consideraron que yo había roto secretos” Isabel Allende, pág. 103

En la novela no se hace mucho hincapié con el tema de política, sin embargo, durante el progreso de la historia, se presentan ciertas referencias políticas: la primera de ellas (y la más importante)  es la de Pinochet, personaje que obligó a Isabel a exiliarse a Venezuela (tanto por su mandato anárquico como por el hecho de que Isabel es pariente del presidente que Pinochet derrocó: Salvador Allende), como sabrán, Isabel presenta un gran disgusto hacia Pinochet (que demuestra cuando expresó alivio tras enterarse del retiro de Pinochet del Poder), sin embargo, hay que admitir que esta entidad política fue crucial para el desarrollo actual de Isabel; el segundo sería George Bush, el ex presidente de los Estados, quien a pesar de no tener un papel significativo en la novela, su influencia política provoco que Tabra (una de las amigas de Isabel) decidiera salir de Estados Unidos.

En fin, como ocurrió con otras novelas anteriormente analizadas (el Alquimista, por ejemplo) La Suma de los Días no presenta un alto desarrollo político, pero su presencia es indispensable para el curso de este cuento.  


 Aspectos Económicos

“Willie no me dejó en paz hasta que accedí a comprarla, a pesar de que me parecía un capricho superfluo” Isabel Allende, pág. 232

La economía es un factor muy influyente en la novela, a lo largo de la historia podemos ver como el dinero influyó en cierto modo gran parte de las decisiones que Willie e Isabel tomaron a lo largo de la novela, un ejemplo sería los gastos que asumieron para recrear su hogar de tal forma que fuese similar a la Casa de los Espíritus.

En más de una ocasión, la situación económica ha obstaculizado el desarrollo normal de un personaje en el relato, Isabel no es la excepción: recordemos que durante su exilio en Venezuela, Isabel sufrió una crisis económica relativamente severa, que inclusive continuo durante su estadía permanente en Estados Unidos; no fue sino con el paso de los años que la familia de la escritora consiguió un modesto hogar, donde vive en la actualidad con su marido. Sin embargo, lo que muchos no saben (a menos que hayas leído esta novela), es que ya antes de las elecciones que elegirían a Salvador Allende como presidente, Isabel ya vivía en un ambiente sin muchos lujos (de broma podía comer un helado).

La gran cantidad de ingresos que Isabel consiguió gracias al éxito de sus libros (y los de Willie, en cierto modo), los ha usado inteligentemente para ayudar a los demás, demostrando su amplia generosidad, otorgándonos así un buen ejemplo que la codicia no otorga la verdadera felicidad.


 Aspectos Sociales

“La familia llevaba más de diez años en esa danza de escaramuzas que suelen ser los divorcios, un tira y afloja agotador” Isabel Allende, pág. 352

Por más observador que uno sea, el lector no podrá negar que la influencia social de esta historia es muy alta: este texto representa más que nada el valor de la familia y los amigos, como esos vínculos invisibles nos hacen hacer todo lo necesario para ayudar a ese ser querido.

Durante la historia (especialmente en la mitad de la segunda parte, cuando Allende regresa de la India  y cuenta con altos recursos económicos), Isabel presenta un alto sentido de colaboración, apoyando (económicamente, si es necesario) a sus familiares y amigos cuando estos sufren momentos difíciles, como el caso de la bancarrota de Tabra, persona que se alojó temporalmente en la casa de la escritora, o los costos que efectuó para permitir la fecundación in vitro de Lori.  La pérdida de Paula, hija de la escritora, fue un factor crucial para el desarrollo de “La Fundación Isabel Allende” (por supuesto, lo que determinó la creación de esta institución fue su viaje a la India, pero a su vez ese terrible golpe emocional que sufrió al perder a su hija  sirvió de inspiración), organización que busca apoyar los derechos fundamentales de las madres y los niños. La infancia que experimentó Isabel, más la terrible experiencia que representó su exilio, seguramente fue un agente determinante para su actitud colaborativa, característica que lleva durante toda la novela.

Allende demuestra su perseverancia respecto a mantener unida a sus familiares y amigos (o como dice ella, su “tribu”), haciendo lo impensable para conseguir dicho objetivo; actualmente, gran parte de la tribu vive en las cercanías de la casa de esta escritora, no obstante, como es consciente que esa unión no durará para siempre, intenta disfrutarla al máximo.

Otro valor presente es la aceptación social entre la familia de Isabel y sus conocidos: esta tribu tiene desde lesbianas (Sally y Celia)  hasta inmigrantes griegos (Aquiles Y Arquimedes), pasando obviamente por hippies (Tabra), en fin, es una sociedad BASTANTE diversa, sin embargo, este lugar no es 100% armonioso: quizás en un principio el disgusto social más importante durante la primera parte fue entre Celia y las hermanas Zen, pues la primera no le tenía simpatía a los homosexuales; en la segunda parte, se puede resaltar el conflicto entre Nico y Celia, debido a que esta última se declaró bisexual y dejó a su marido por Sally. Pese a esas indeseables peleas, la familia se mantiene unida, y eso es lo que importa.

Pero por supuesto, nuestro análisis social no puede terminar sin el característico realismo mágico de nuestra Isabel, quien redacta en esta historia una serie de eventos “sobrenaturales”. La más importante en mi opinión es el enigma de Paula, el cual redacta, como dice el nombre, que el espíritu de la hija de Isabel: Paula, todavía está presente en la tribu; otro igualmente de resaltante es “las hermanas del desorden”, un grupo de mujeres (en donde está incluida Isabel) quienes establecen rezos, rituales y reuniones para apoyarse mutuamente. Estos tipos “enigmas” podrían señalar que Allende en efecto puede tener un acompañante espiritual en la vida real.
  

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